Ya desde la creación de este blog, nos comprometimos a hablar de música, y eso hemos venido haciendo estos meses.
Siempre buscando su relación con la neurociencia y de una manera muy especial sobre las emociones.
Este mes os traigo una escena de una película maravillosa, Philadelphia. No es de esas películas actuales con millones en efectos especiales pero sin duda es una de esas cintas que se nos quedan en la memoria para siempre.
En esta escena, Andrew (personaje interpretado magustralmente por Tom Hanks), en el final anunciado de su vida, le muestra a su abogado donde verdaderamente radican las emociones. Y Joe (Denzel Washington), transforma su indiferencia e incredulidad, en una profunda emoción, sin poder evitarlo, de manera casi inconsciente, ante las notas de la inigualable Maria Callas, interpretando a Umberto Giordano.
Una partitura con la que explorar un increíble viaje interior
Esta escena la hemos utilizado en no pocas ocasiones para ilustrar conferencias sobre la música y las emociones, y la posibilidad de ejercer influencia en éstas mediante aquella.
Creo sinceramente que es un ejemplo perfecto de cómo la música es quizá el lenguaje más poderoso y más directo para acceder a nuestro cerebro, a explorarlo, e incluso, a llegar a mover ciertas parcelas de él.
De todo eso nos seguiremos ocupando y os lo seguiremos contando, hoy simplemente dejémonos llevar por la Callas hasta donde seamos capaces de llegar y liberemos nuestras emociones, el efecto puede ser maravilloso...
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